miércoles, 28 de agosto de 2013

San Lázaro en Arequipa, un grandioso y bello viaje en el tiempooo

Ubicarse en el centro histórico de la ciudad de Arequipa, es apreciar toda la belleza arquitectónica de sus casonas, templos, museos, teatros y la Plaza de Armas, construidas de sillar.

Empero uno de los lugares que impresiona y que actualmente, es visitado también por turistas, es el barrio de San Lázaro, que fue el primer y uno de los barrios más antiguos que tuvo la Ciudad Blanca antes de su fundación en 1540.


Sus angostas calles, sus casonas de sillar, su pequeño templo y su plaza de campo redondo, hacen de San Lázaro un simpático barriecito ubicado en pleno centro histórico de la ciudad, considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad.


Este barrio está ubicado entre las calles Jerusalén, Puente Grau y avenida Juan de la Torre, y actualmente ha sido recuperado casi en su totalidad.

Resalta su belleza arquitectónica, que no solo impresiona por su infraestructura; sino también por lo pequeño de su templo que lo hace parecer al de misioneros, y el nombre de sus callejones, entre los que destacan el callejón Violín, Cristales, Desaguadero, Ripacha, Calienes, Combate Naval, Bayonetas, entre otros. Es uno de los lugares más emblemáticos del centro histórico de Arequipa y posee una historia que se extiende más allá de la época colonial. Durante mucho tiempo se sostuvo que allí había sido fundada la ciudad de Arequipa, creencia que perduró hasta mediados del siglo XX.




Según los historiadores hacia 1539 llegaron las primeras expediciones de españoles al valle de Arequipa, instalándose en casas del asentamiento Yarabaya,  hasta 1540, tras la fundación de la ciudad, el barrio fue conocido como el “matorral de San Lázaro” o la “Ciudad Vieja” una expresión despectiva que describe su ubicación marginal a la ciudad colonial, aunque la arqueología aún no ha demostrado fehacientemente que la disposición del trazado sea el mismo que albergo a los nativos y lugareños de esta parte del territorio, el actual barrio posee un acento urbanístico muy similar a las abigarradas formas medievales europeas, lo cual hace de este barrio una fascinación científica que demandaría demostrar que el actual trazado es precolombino o aún subyace la ciudad antigua inca bajo el urbanismo actual.  

miércoles, 21 de agosto de 2013

El valor histórico-cultural de La serranía de Chiribiquete

La serranía de Chiribiquete, convertida en Parque Nacional Natural en 1989, consta de frondosos bosques y está cercado por varios ríos: el Apáporis y el Macayá, el Ajajú y el Yarí, en el corazón de la selva amazónica.

Las plantas y el agua rodean el mayor atractivo del parque: los tepuyes o altas montañas con paredes verticales, seis de las cuales superan los 1.000 metros, en cuyas formaciones rocosas se encuentran un millar de muestras pictográficas de arte rupestre que han perdurado con el paso de los siglos. 


El valor histórico-cultural de las muestras pictográficas encontradas en cuanto estas dan luces sobre la tradición cultural de los habitantes de la Selva Húmeda Tropical, enclaves semisecos de las Guyanas y la Amazonía, que podrían remontarse al paleoindio, periodo que comprende entre 18.000-8.000 A.C. 


De igual forma, una investigación de 1992 en este territorio en la que participaron la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Nacional de Colombia, el Real Jardín Botánico y el Inderena, hoy Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, referencia a Chiribiquete como “una de las zonas arqueológicas con mayor importancia de Sudamérica inscrita dentro del impresionante contexto ambiental de la selva Amazónica septentrional”.
 

La mayoría de hallazgos pictóricos se encuentran en 36 abrigos del parque de los cuales fotografiaron el Abrigo de los Falos, el Abrigo del Puerco Espín, el Abrigo del Pajuil, el Abrigo de la Selva y el Abrigo del Arco, y donde pudieron determinar que las pinturas se realizaron con colorante de óxido de hierro. 

Los pictogramas, tienen una posible relación con la etnia Karijona, una de las más importantes familias precolombinas que dominaba un masivo territorio que actualmente corresponde a Venezuela y las Antillas. Actualmente, se estima que la población de la etnia es de 425 personas.


Los temas de las pinturas giran en torno a escenas de caza, recolección de alimentos y figuras de animales como el jaguar y el ciervo. A su vez, se destacan “la idea del hombre jaguar, el chaman- jaguar y el dios sol-jaguar, como un elemento propio de un patrón de conducta, de pensamiento y de identidad muy particular a lo largo del territorio", simbolismos de las relaciones de poder y los rituales de nuestras culturas ancestrales.