La serranía de Chiribiquete, convertida en
Parque Nacional Natural en 1989, consta de frondosos bosques y está cercado por
varios ríos: el Apáporis y el Macayá, el Ajajú y el Yarí, en el corazón de la
selva amazónica.
Las plantas y el agua rodean el mayor
atractivo del parque: los tepuyes o altas montañas con paredes verticales, seis
de las cuales superan los 1.000 metros, en cuyas formaciones rocosas se
encuentran un millar de muestras pictográficas de arte rupestre que han
perdurado con el paso de los siglos.
El valor histórico-cultural de las muestras
pictográficas encontradas en cuanto estas dan luces sobre la tradición cultural
de los habitantes de la Selva Húmeda Tropical, enclaves semisecos de las
Guyanas y la Amazonía, que podrían remontarse al paleoindio, periodo que
comprende entre 18.000-8.000 A.C.
De igual forma, una investigación de 1992 en
este territorio en la que participaron la Universidad Autónoma de Madrid y la
Universidad Nacional de Colombia, el Real Jardín Botánico y el Inderena, hoy
Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, referencia a Chiribiquete
como “una de las zonas arqueológicas con mayor importancia de Sudamérica
inscrita dentro del impresionante contexto ambiental de la selva Amazónica
septentrional”.
La mayoría de hallazgos pictóricos se
encuentran en 36 abrigos del parque de los cuales fotografiaron el Abrigo de
los Falos, el Abrigo del Puerco Espín, el Abrigo del Pajuil, el Abrigo de la
Selva y el Abrigo del Arco, y donde pudieron determinar que las pinturas se
realizaron con colorante de óxido de hierro.
Los pictogramas, tienen una posible relación
con la etnia Karijona, una de las más importantes familias precolombinas que
dominaba un masivo territorio que actualmente corresponde a Venezuela y las
Antillas. Actualmente, se estima que la población de la etnia es de 425
personas.
Los temas de las pinturas giran en torno a
escenas de caza, recolección de alimentos y figuras de animales como el jaguar
y el ciervo. A su vez, se destacan “la idea del hombre jaguar, el chaman-
jaguar y el dios sol-jaguar, como un elemento propio de un patrón de conducta,
de pensamiento y de identidad muy particular a lo largo del territorio",
simbolismos de las relaciones de poder y los rituales de nuestras culturas
ancestrales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario