Un alegre y
emocionante día de los muertos!!!!
LUCES,
COMIDA Y FIESTA
ESPERAN A LOS DIFUNTOS EN MIXQUIC - MEXICO
El pueblo de Mixquic le da la
bienvenida a los fieles difuntos con ofrendas llenas de comida, bebidas y
objetos personales de las personas fallecidas.Mixquic es uno de los lugares
en México que más poder de convocatoria tiene durante el Día de Muertos. Año
con año, este pueblo mágico de la Delegación Tláhuac recibe a sus difuntos con
las tradicionales ofrendas y "La Alumbrada".
Todas las casas se impregnan de
los olores que desprenden la flor de cempasúchil, las frutas, el sahumerio con
incienso y las veladoras. Es raro quien no coloca un altar, pues es una
costumbre que se hereda de generación en generación.
Se dice que las tradiciones de
honrar a los muertos con ofrendas comenzó en la época prehispánica cuando los
pobladores de esta zona colocaban agua, sal, rajas de ocote y pescado fresco en
las chinampas en donde enterraban a sus difuntos.
'En lo personal es algo muy
emocionante porque desde el momento en el que estoy poniendo la ofrenda me
acuerdo de mis papás. No sé si realmente vengan, yo digo que vienen en mi
corazón y pensamiento, pero sí es un ambiente especial entre el aroma de las
flores y las frutas', comenta Carlota Rivas de Timón, habitante de este pueblo
mágico.
El ritual para recibir a las
ánimas inicia desde mediados del mes de octubre pues los habitantes de Mixquic
hacen una limpieza especial en sus casas: lavan pisos y paredes y le dan brillo
a las mesas.
Para el 31 de octubre todo está
listo, ya que según sus creencias a las 12 del día es el momento en el que
llegan los niños. 'Para esta fecha, la ofrenda debe de tener por lo menos
velas, agua y sal, en mi familia los recibimos con la puerta abierta, prendemos
el sahumerio con incienso y regamos flores blancas desde la puerta hasta el
altar', dice Carlota.
De acuerdo con la tradición, el
agua se coloca porque los muertos recorren un camino muy largo para llegar con
sus familiares y con eso mitigan su sed. La sal significa purificación, para
que el alma no se corrompa en su viaje de ida y vuelta el año siguiente, y el
sahumerio con incienso aleja a los malos espíritus y sirve como guía olfativa
para que los fieles difuntos lleguen a sus hogares.
Para el 1 de noviembre la
ofrenda se enriquece. A las 12 del día se van los niños y a las 3 de la tarde
llegan los adultos. Se riegan los pétalos de la flor de cempasúchil y se coloca
el pan de muerto y mucha fruta, principalmente manzana, plátano, naranja y
caña.
'Yo acostumbro hacer tamales de
dulce, de chile y chacualole, que es la calabaza con tejocote, guayaba, caña y
piloncillo, dicen que así lo comían los abuelos', menciona Carlota.
Además, algo que no puede
faltar es el platillo típico de Mixquic: el mixmole (mole de pescado).
Anteriormente se preparaba con atlacuetzon, una planta que flotaba en los
canales que había en la zona, pero hoy en día la gente la sustituye con acelga
y le agrega tomate, epazote, pescado, chile verde o rojo y lo guisa con
manteca.
El banquete mortuorio también
incluye la bebida favorita del difunto, 'el pulque era muy consumido por las
personas mayores, por eso se coloca una jarrita con esa bebida, ya para los más
recientes les ponemos una botella de cerveza, tequila o brandy', apunta Arcadio
Martínez de 61 años.
Otra de las costumbres que aún
se conservan en Mixquic es 'El Campanero'. La noche del 1 de noviembre, las
familias salen con los niños para pedir su calavera. El recorrido lo alumbran
con una calavera de chilacayote que rascan por dentro para meterle una vela y
llevan campanas que en todo momento hacen repicar.
Los grupos de niños y adultos
pasan de casa en casa para rezar en las ofrendas. 'Cuando terminan de
orar todos cantan 'a las ánimas benditas les prendemos sus velitas, campanero
mi tamal, no me den de la ofrenda porque me hace mal' y les damos pan, fruta o
tamales', afirma Carlota.
La fiesta de Día de Muertos
termina con la famosa 'Alumbrada' que realizan el 2 de noviembre en el Panteón
Iglesia de Mixquic.
Desde temprana hora, la gente
sube a limpiar las tumbas, a adornarlas con flor de cempasúchil y a colocar en
cada esquina un candelabro con su vela. 'Esta tradición tiene dos significados:
que se está alumbrando el retorno de los fieles difuntos y la presencia de
dios', asegura el Arcadio Martínez.
'Ojalá se sigan conservando
estas tradiciones, yo le digo a mi hija que se fije cómo la pongo para que
cuando yo me muera ella me ponga mi ofrenda, sino le voy a venir a jalar los
pies', finalizó diciendo Carlota Rivas de Timón.
Para este año, autoridades de
la Delegación Tláhuac esperan la visita de más de 100 mil personas en el
transcurso del 1 y 2 de noviembre pues el año pasado hubo una afluencia de
50,000 personas durante estos días.
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