jueves, 22 de marzo de 2012

las pinceladas perdidas recuperadas por rayos modernos...

La atribución a Vincent Van Gogh de la pintura "Naturaleza muerta floral con amapolas y rosas" es la última de una larga lista de descubrimientos en el mundo del arte logrados gracias a los avances tecnológicos y científicos.

El cuadro, con unas dimensiones poco habituales para ese artista y que ahora se exhibe en el museo holandés Kröller Müller, estuvo atribuido a un artista anónimo hasta que fue objeto de un estudio en el que se aplicó una avanzada técnica basada en rayos X.
Gracias a estas investigaciones se descubrió que bajo el motivo floral había otro con los torsos de dos luchadores, pintados por Van Gogh hacia 1886, durante un curso en la academia de arte en Amberes, según dejó constancia el propio pintor en una carta a su hermano Theo.
Hace pocos días se anunció mundialmente el posible descubrimiento del fresco "La Batalla de Anghiari" (1452-1519), de Leonardo Da Vinci, gracias al hallazgo de unos restos de pigmento negro tras un falso muro del Palazzo Vecchio de Florencia.
Las investigaciones apoyan la teoría de que "La batalla de Anghiari" estuvo en la pared en la que hoy está situado el mural de Giorgio Vasari "La batalla de Marciano".
Para realizar las investigaciones se utilizó una sonda endoscópica con una cámara, insertada en la pared donde está el fresco de Vasari, que permitió descubrir los pigmentos detrás del mural y recoger muestras para futuras pruebas.
A finales del pasado mes de febrero, el Museo del Prado presentó a "la gemela" de La Gioconda. Gracias a los análisis técnicos y la restauración de la obra se recuperó la imagen original del cuadro, uno de los testimonios más representativos de los procedimientos del taller de Leonardo, convirtiéndola en la versión más importante de la Gioconda conocida hasta el momento.
La reflecto-grafía infrarroja, radiografía, fluorescencia inducida con luz ultravioleta y examen con lupa binocular, determinaron cómo se pintó el cuadro y su estado de conservación, haciendo posible eliminar el repinte negro existente en el fondo y recuperar así el paisaje.
Los estudios sobre la obra "El vino de la fiesta de San Martín", de Pieter Brueghel el Viejo, adquirida por el Museo del Prado, también han permitido catalogar esta obra como el descubrimiento más importante de arte flamenco de los últimos 25 años.
Durante la delicada restauración de la pintura en el taller del Museo del Prado se autentificó la autoría de Brueghel el Viejo, la figura más importante de la pintura flamenca del siglo XVI del que se conocen 41 obras.
Rembrandt es otro de los grandes maestros que ha sido protagonista de descubrimientos. Un grupo de investigadores holandeses de arte encontraron el pasado año un cuadro suyo hasta ahora desconocido, el retrato de un hombre con una espesa barba blanca.
La obra fue al parecer pintada por Rembrandt van Rijn por el año 1630, coincidiendo con la última época de su estancia en su ciudad natal de Leiden (suroeste de Holanda).
Un grupo de investigadores del Rijksmuseum de Amsterdam sacó a la luz en septiembre del pasado año un supuesto retrato de Goya oculto debajo de la pintura "Retrato de Don Ramón Satué", que representa a un general napoleónico.
El retrato, descubierto gracias a una innovadora tecnología de rayos X, es el de un alto cargo militar que acompañó a José Bonaparte en su llegada a España como rey.
Los avances utilizados actualmente no solo permiten descubrir obras o cambiar autorías sino que, en ocasiones, se aplican para desvelar secretos de los pintores, como el rostro de un demonio oculto entre las nubes de uno de los frescos de Giotto de Bondone que adornan la basílica superior de Asís, en Perugia (centro de Italia).
"Las meditaciones de San Juan Bautista", obra de El Bosco y perteneciente a la colección del Museo Lázaro Galdiano, en Madrid, guardaba también un secreto en su interior: un rostro humano que durante siglos ha estado tapado.
Una especie de granada trepadora fue el elemento elegido por el artista holandés para cubrir el retrato pintado con anterioridad, que ha sido desvelado por el grupo de investigadores dirigidos por el holandés Matthijs Ilsink.

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