Como puede un hombre dar “unos cuantos milloncitos” de dólares por algo pequeño, por unos viejos manuscritos escritos por Leonardo da Vinci? Pues para eso ha trabajado, ha ahorrado y conseguido sus cosas y sus gustos son su aprecio; sí yo tuviera ese dinerito destinado para mis gustos también compraría esos manuscritos y otras cositas, ja,ja,ja...
Es un valioso manuscrito científico del maestro Leonardo da Vinci, una de las obras del genio del Renacimiento; lo escribió entre 1506 y 1508 en Florencia y Milán (con adiciones posteriores en 1510), en el que incluyó más de 300 ilustraciones y cuyo contenido abarca ideas originales sobre hidráulica y cosmología, y explora la astronomía, geología, geografía física, paleontología y mecánica.
Confirma que el autor de Mona Lisa estaba muy adelantado a su época, como lo demuestran sus anotaciones sobre submarinos.
Buena parte del manuscrito se centra en un estudio sistemático de los principios del agua y la hidrodinámica, pero también se abordan la luminosidad de la luna y el por qué del color azul del cielo.
El manuscrito recibió el nombre de Codex Hammer después de que el ex presidente de la petrolera Occidental Petroleum Armand Hammer lo comprase en 1980 -diez años antes de su muerte- por 5,6 millones de dólares, precio máximo alcanzado por un manuscrito en una subasta de arte.
Hasta entonces, y desde principio del siglo XVIII, era conocido como Codex Leicester por estar en poder de la familia del conde de Leicester.
Los manuscritos de Leonardo da Vinci -todos ellos ahora en museos- integran el grueso de la obra que este gran hombre del Renacimiento dejó tras de sí (sólo sobreviven una docena de cuadros acabados y algunos bosquejos).
Se conocen unas 5.000 páginas de estos manuscritos, la mayor parte de las cuales contienen una asombrosa composición de texto, diagramas y dibujos cuidadosos.
La poesía está yuxtapuesta al experimento científico, y la filosofía al invento mecánico, y estos manuscritos lo revelan como una auténtica figura del renacimiento: artista, arquitecto, filósofo, músico, científico, geólogo, físico, diseñador, ingeniero e inventor.
Cuando Leonardo murió en 1519 en Francia, la mayor parte de sus manuscritos fueron entregados a su fiel compañero y amigo Francesco Melsi, tal como había pedido el maestro, pero al parecer no estaba el Codex Hammer entre esos papeles.
La única inscripción que aparece es la de su primer dueño, el escultor milanés del XVI Guglielmo della Porta, que murió en Roma en 1577.
Más de un siglo después, los documentos y libros de Guglielmo, incluido el Codex de Leonardo, fueron descubiertos por el pintor Giuseppe Ghezzi en un baúl cerrado con llave.
Ghezzi compró el Codex y en 1717 lo vendió a Thomas Coke, primer Conde de Leicester, cuando éste visitó Italia.
Desde que Hammer adquirió en subasta el manuscrito en 1980 ha sido exhibido en Estados Unidos, Italia, Gran Bretaña y Rusia.
Pues bien tendré que hablar con el Sr. Bill Gates para que me deje ver las letras de Leonardo, pues fue aquel, fundador de Microsoft y un apasionado de la obra de Leonardo da Vinci, quien adquirió en 1994 el Codex Leicester, en la nada despreciable suma de 30.8 millones de dólares.
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