miércoles, 4 de diciembre de 2013

Weihnachtsmarkt, una hermosa tradición alemana que ahora está en Colombia


Los mercados navideños (Weihnachtsmarkt) se remontan al año de 1498, cuando se montó uno en la ciudad de Augsburgo para ofrecer los panecillos y galletas típicas que se consumen durante el adviento. A este mercado se le conocía como el “mercado del niño Dios.” Actualmente, el mercado de Augsburgo abre sus puertas a las 6 de la tarde del jueves previo al primer domingo de adviento con la actuación de un coro compuesto por 24 ángeles.


Caminar por uno de estos alumbrados mercados es toda una experiencia para el oído, el olfato y el gusto. Las luces de los puestos y del árbol que decora las plazas principales iluminan el camino de los visitantes; mientras que el olor a pan caliente, castañas asadas y vino caliente abre el apetito de los buscadores de regalos.

Muchas familias acostumbran salir a caminar por los puestos y después cenan en uno de los puestos de comida caliente y disfrutan con amigos de una cerveza o un vino caliente al son de los villancicos.

Generalmente los viernes y sábados estos mercados amplían el horario para que los visitantes disfruten del ambiente típico que ofrecen sólo por un par de semanas. Para el dìa de Navidad ya están la mayoría de estos mercados cerrados.


Un mercado navideño típico está compuesto de puestos o portales de venta en la calle o en la plaza del lugar, comúnmente frente a lugares históricos o de comercio público. Allí se puede comprar elementos culinarios típicos como el lebkuchen, crepas, spekulatius, panques, diversas golosinas como figuras de chocolate, algodón de azúcar, nueces tostadas, Castañas calientes, salchichas con pan, hígado encebollado, Papa al horno, y otras especialidades. Cómo remedio contra el frío se vende también Glühwein, que es una preparación de vino tinto y especias y se toma caliente, ponche, Feuerzanhenbowle, también se ofrecen sin embargo bebidas frías como cervezas que se venden sólo en navidad como la bockbier. La mayoría de las regiones posee sus propias especialidades navideñas, sin embargo algunos artículos son obligatorios y presentes en todo mercado navideño como: artículos alusivos a la navidad, adornos para el árbol de navidad, esferas navideñas, coronas de adviento, manualidades, cascanueces, figuras de fumadores.


La Mayoría de los mercados navideños posee también un programa cultural, para los niños es común representaciones de San Nicolás o del niño Dios y reparten regalos para los presentes y raras veces aparecen otro tipo de figuras navideñas (como representaciones de cuentos). En algunos mercados navideños existen nacimientos (Belenes) vivientes con burros, ovejas, cabras, etc. en un escenario diseñado para la ocasión, como lo puede ser un balcón del registro civil o una casita diseñada para ello.


Lo que da un toque especial al mercado navideño es la iluminación en oposición a la oscuridad generalizada y los primeros copos de nieve del invierno.

En las grandes ciudades los mercados navideños son diseñados por profesionales, sin embargo existen muchos mercados independientes organizados por grupos de beneficencia donde se ofrecen también artesanías o productos de bajo comercio, donde las ganancias son donadas con objetivos de caridad.


domingo, 1 de diciembre de 2013

La luz interminable del Midi - La lumière Midi Neverending

Empecemos el mes más alegre, con la representación artística que recorrió por muchísimos años la región francesa del MIDI

Pendant plus de 50 ans dans le sud de la France était un must des grands maîtres de l'étape de la peinture. Quel est le secret de la région qui a changé l'histoire de l'art?
La noche estrellada de Van Gogh

La danza de Chagall
La noche estrellada de Vincent Van Gogh, el puerto de Marsella de Vernet, la danza de Marc Chagall y la danza de Henri Matisse, además de las 80 obras que Paul Cezanne hizo de la montaña de la Santa Victoria (que también sirvió como modelo para Picasso, Monet y Wassilu Kandinsky), fueron realizadas en la misma región: el Midi, una zona en el sur de Francia sobre cuyos límites exactos nunca habrá un acuerdo. Para los más rigurosos, el área estaría demarcada por el rectángulo formado entre Lyon, Marsella, Avignon y Niza, para quienes gustan de una definición histórica, sus límites coinciden con las de la antigua Occitania; los más soñadores dirán que se extiende desde Cataluña hasta la frontera con Italia.
Lujo, calma y voluptuosidad de Matisse

Lienzo de Delacroix
Sobre el clima, en cambio, no puede haber desacuerdos. Los 100 Kms. por hora que pueden alcanzar las ráfagas del viento mistral del Mediterráneo barren las nubes. En el Midi llueve poco, los días son largos y el calor invita a un trago, un pastis por ejemplo, a cualquier hora del día. Y sobre todo hay una luz constante y explosiva, que en la segunda mitad del siglo XIX los pintores del norte solo podían imaginar por algunos lienzos de Eugene Delacroix.

Delacroix, que habia seguido a su vez la tradición de los viajes de descubrimiento, en la que los artistas de clases acomodadas se lanzaban a conocer de primera mano los clásicos griegos e italianos, vio sin embargo esa luz al otro lado del Mediterráneo. El verdadero pionero de la nueva ola de pintores que inmigraron al sur fue Gustave Courbert, originario de la gris Normandia y quien descubrió en el puerto de Palavas un nuevo mar radiante y glorioso.

Un buen número de lienzos que pintó Courbert en el sur se exhiben entre el museo Fabre de Montpellier y el MUCE M de Marsella. Sin embargo, muchas de las obras maestras de quienes lo sucederían en los primeros años de las peregrinaciones artísticas hacia el sur terminaron lejos de la región que los inspiró.La razón es simple: si además de buscar esa luminosidad legendaria, los artistas escapaban de las penurias materiales del norte, el reconocimiento del carácter revolucionario de su trabajo tomaría años y en ocasiones, no les llegaría a tiempo para que pudieran disfrutarlo. Era imposible pagar un estudio o una modelo en París, en la capital el hacinamiento era la regla y no había dinero con qué comprar leña en los rigurosos inviernos, pero la situación no siempre era mejor en el sur. Paul Cezanne, quien nació en Aix-en Provence, en el corazón del Midi, y se estableció en el puerto de Estaque- que también fascinó a Monet-, debió en muchas ocasiones pagar con lienzos sus deudas de hospedaje, ya que, los prestamos que su amigo el escritor Emile Zola le enviaba desde Paris apenas le alcanzaban para comer. Vincent Van Gogh, desde que llegó a la región, más exactamente a Arles, en 1988, intentó enviar cada uno de sus lienzos terminados a su hermano, quien además del cariño que le profesaba, lo sostenía con la esperanza de que algún día estos tuvieran algún valor.

Le château de Chillon (1874) de Courbert
En Palavas aún se discute cuál de sus luminosas playas fue la que inspiró a Gustave Courbert, pero no hay duda sobre las viviendas que Cezanne ocupó en Aix y Estaque. Pasear por Aix es reconocer los motivos de sus cuadros, así como tener la oportunidad de visitar su taller y por supuesto, contemplar la Santa Victoria, la montaña que lo obsesionó, y cuya vista convence de que solo la pintura puede lograr una emoción para la que todas las fotografías que toman los visitantes se quedan cortas. También está abierto el asilo de Saint Remy de Provence, en el que Van Gogh estuvo interno; allí no solo se puede ir a su celda sino reconocer, porque no han cambiado en más de un siglo, los olivos, los lirios, los jardines y los arcos del edificio que aparecen en muchos de los más de 200 lienzos que el pintor realizó en el Midi.

Apenas 30 kms al sur está la población de Arles, donde Van Gogh pintó sus célebres terrazas y las tres versiones de "Habitación del artista". Fue allí también donde soñó con crear una comunidad artística que pudiera disfrutar de este "taller abierto e infinito" que, para él, era la región. De la misma manera como Cezanne recibió a Renoir en 1882. Vicente Van Gogh abrió las puertas de su casa de Arles, la casa amarilla presente en otra de sus obras maestras, a su admirado Paul Gauguin. 

Se sabe que, a pesar de la prolífica temporada de Gauguin en la región, el experimento de convivencia terminó mal, una oreja de menos incluida, pero los artistas no dejaron de venir. En los años siguientes, esos dos grandes atormentados que fueron Chaim Soutine y Amedeo Clemente Modigliani pasaron varias temporadas en la ciudad costera de San Pablo de Vence, donde también residió y trabajó el padre del
Lienzo Paul Signac
puntillismo Paul Signac.

Soutine vivirá también en Ceret donde pintó varias vistas de la ciudad; en una ocasión el desespero de no poder captar a su manera esa luz increíble, lo llevaría  a destruir varias de sus obras. Como Van Gogh lo había hecho con cuadros como La Arlesiana, tanto Modigliani como su amigo Soutine demostraron que la luz de la región no solo cambiaba la manera de ver y pintar los paisajes, sino que influía a la hora de trabajar los retratos.

Para quienes vinieron a instalarse en la región algunos años después, la luz era la misma, pero las condiciones habían cambiado, las mejoras en los transportes ferroviarios permitían un trayecto confortable desde París y, con ella, llegaron no solo los veraneantes ocasionales, sino las familias adineradas que tenían casas de vacaciones en las que pasaban la mitad del año. Europa, además, había aceptado las nuevas vanguardias después de años de apego incondicional al impresionismo. La confluencia de ricos compradores y de talentosos artistas permitió que estos pudieran instalarse por largos periodos en la región y vivir holgadamente sumando una comodidad económica a un creciente reconocimiento artístico. Matisse, que en 1905 había creado el fauvismo junto a André Derrain en el cercano puerto de Collioure, tendría por residencia principal a Niza desde los años veinte.

Pintura de Cezanne
Conscientes de la importancia de los creadores, tanto particulares como instituciones de la región se interesaron por facilitarles el trabajo. Es por eso que hoy en día - si al recorrer la Provenza de Van Gogh y Cezanne se comprende cómo su paso por el Midi dejo huellas en su vida y obra-, quien admira el trabajo de los maestros que se instalaron en la región a partir de la época de entreguerras encontrará museos enteros consagrados a su trabajo, como los dedicados a Chagall y Matisse en Niza y el de Pierre Bonnar en Le Cannet.

Un párrafo aparte merece el declarado amor por la región que tuvieron Marc Chagall y Pablo Picasso. El primero, tras el exilio al que lo obligó la segunda guerra mundial, regresasría para establecerse en Vence, una población cuya capilla fue decorada por Matisse. El segundo terminó no solo instalándose definitivamente en la población de Mougins, sino que pidió ser enterrado junto al castillo de Vauvenargues, a los pies de la montaña de la Santa Victoria.

Reprendre le rêve inachevé de Vincent Van Gogh, les musées d'art de Marseille et Aix Granet organisé en 2013 une exposition monumentale intitulée Le Grand Atelier du Midi, où environ 200 peintures de grands artistes qui sont passés par la région ont été présentés, beaucoup d'entre eux ont fini par rester.
Montaña de La Santa Victoria de Paul Cezanne

Retomando el sueño inconcluso de Vincent Van Gogh, los museos de bellas artes de Marsella y Granet de Aix organizaron durante 2013 una exposición monumental titulada El Gran taller del Midi, donde se presentaron cerca de 200 pinturas de los grandes artistas que pasaron por la región, muchos de los cuales terminaron por quedarse.