viernes, 5 de octubre de 2012

Visitas de las buenas, buenas....

Desde el país del norte vecino de Canadá  de la ciudad de San Francisco tengo varios visitantes: Muy grato que se tomen el tiempito y lean un rato en este rincón.

Nos fuimoooossss... De paseo por el Castro.

Más de un siglo de apasionantes historias hacen d este distrito uno de los más emblemáticos de San Francisco. Movimientos políticos, y vida cultural confluyen en este puñado de cuadras en el centro de la ciudad.

La última parada de la línea F del tranvía de San Francisco se ve desde muchas cuadras antes de llegar. Una bandera de arco iris de 6 metros ancho por 7 metros de largo, que ondea orgullosa a poco más de 20 metros de altura, anuncia el inicio de Castro, el distrito más grande de la comunidad homosexual estadounidense, considerado el epicentro del movimiento de liberación LGBT desde los años 70  es también uno de los barrios más pintorescos  y representativos  de la ciudad del Gonden Gate.

Quien visita el Castro por vez primera  se dará cuenta que es un lugar alegre, de buen gusto y de arquitectura poco ostentosa. Sus calles, enmarcadas por los cables aéreos de los tranvías y las casas victorianas color pastel so la huella indeleble de su historia. Recorrer sus cafés, sus almacenes y sus pequeñas galerías de arte es una experiencia vibrante muy recomendada. Pero no siempre fue así  Las luchas  y los triunfos políticos que convirtieron al Castro en lo que es, hace parte de su historia reciente. Hasta los años 60, este distrito ubicado al sureste del  downtown de San Francisco se conocía como Eureka Valley. Allí  una subdivisión de la misión española  San Francisco de Asís- la más antigua de California- empezó a tener importancia en 1887 cuando se creó la línea de tranvía que la comunicaba con el centro. Entonces era un suburbio tranquilo  habitado en su mayoría por inmigrantes.  Tal era la presencia de europeos a comienzos del siglo XX que, antes de ser conocido como Castro o Eureka Valley también se le llamaba pequeña escandinavia por la cantidad de suecos, noruegos y finlandeses que se organizaron allí con sus familias. Para los años 30 inmigrantes irlandeses llegaron al barrio y se consolidaron en una gran fuerza trabajadora.

La revolución hippie de los años 60, en especial  la del "amor de verano"de 1967 en el barrio vecino, Haight-Ashbury cambió el perfil hasta entonces del vecindario familiar. La llegada de 10.000 jóvenes que profesaban el amor libre y protestaban contra la guerra de Vietnam hizo que mucha familias se mudaran del clima revolucionario.. Eureka Valley comenzó a ser llamado Castro por el teatro homónimo creado en 1922,    ubicado en la calle de su mismo nombre y considerado un icono de entretenimiento del sector. Es famoso porque proyecta únicamente clásicos del cine y por su órgano Wurlitzer que suena por las noches ate de cada función. Todos los días hay una cinta distinta en cartelera y los miércoles  sábados  domingos y festivos hay descuentos en las matinés. 

Cerca del teatro y al lado de la enorme bandera que da la bienvenida a los visitantes está la plaza Harvey Milk, el lugar que conmemora la vida y lucha del primer hombre que abiertamente homosexual en ocupar un cargo público en USA, aunque no nació en esta ciudad encontró su razón de vida en el Castro en el año 1972 al darse cuenta de los atropellos contra la comunidad gay en la zona , se despertó en él un político innato. Desde ese día hasta el momento de su asesinato en 1978 no dejó de luchar por su causa. Fue él quien logró la aprobación de las estrictas leyes a favor de los derechos homosexuales que rigen aún en la ciudad.

Aparte de los lugares mencionados el Castro tiene mucho que ofrecer. La misión de San Francisco de Asís hoy llamada Dolores fundada en 1776 actualmente es un lugar cultural cargado de historia donde la edificación de piedra tallada es protagonista.  Asì como este, hacen del Castro un lugar sin pierde, por que es conocido como uno de los lugares más entretenidos y acogedores de California. 

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