miércoles, 10 de diciembre de 2014

"El mayor terror de los talibanes ha resultado ser una niña armada con unos libros".

La gran figura mundial del combate en favor de la educación de las niñas, la adolescente paquistaní Malala Yusafzai, y un veterano activista de los derechos de los niños, el indio Kailash Satyarthi, recibieron este miércoles el premio Nobel de la Paz.


"Una joven y un hombre mucho mayor, una paquistaní y un indio, una musulmana y un hindú, ambos símbolos de lo que este mundo necesita: más unidad, fraternidad entre naciones"

Solamente tiene 17 años, pero la vida de Malala ya ha llenado libros enteros. Ha sido invitada a la Casa Blanca, al palacio de Buckingham o al estrado de la ONU, ha escrito su autobiografía y ha recibido múltiples recompensas.

Con el Nobel se convierte en la más joven galardonada de la Historia, y su historia particular no termina ahí. En el mundo 57,8 millones de menores sin escolarizar necesitan voces que los defiendan, en especial los 30,6 millones que son niñas.

"En este mundo en el que nos creemos tan modernos y desarrollados, ¿por qué hay tantos países donde los niños no piden un Ipad o un ordenador sino simplemente un libro o un bolígrafo?" dijo Malala el martes en una rueda de prensa en el Instituto Nobel de Oslo. La adolescente adquirió fama mundial por haber puesto su propia vida en juego. El 9 de octubre de 2012, los talibanes interceptaron su bus escolar en su valle natal de Swat y le dispararon en la cabeza, tras acusarla de profanar el islam.

Por primera vez desde el intento de asesinato, el uniforme escolar que llevaba cuando sucedió el atentado será expuesto, con las manchas de sangre, en el centro Nobel de Oslo esta semana. Dos compañeras de clase que también resultaron heridas en el atentado viajaron para asistir a la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz, que como es habitual se celebra en el ayuntamiento de Oslo en presencia del rey Harald de Noruega.

Para demostrar que no es una voz aislada, Malala invitó a otras tres militantes de la causa de las niñas: una paquistaní que lucha desde hace ocho años para obtener justicia después de haber sido agredida sexualmente, una joven refugiada siria y una nigeriana de 17 años proveniente de una región asolada por el grupo islamista Boko Haram. Este grupo, cuyo nombre se traduce literalmente como 'la educación occidental es un pecado' conmocionó al planeta entero este año al secuestrar a 276 estudiantes.


"Desgraciadamente, esta gente que lucha contra la educación carecen ellos mismos de educación o han sido adoctrinados",
 expresó Malala,

que nunca ha dejado de vestir el tradicional velo.

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