lunes, 27 de mayo de 2013

Salta mi corazòn como una papita frita, tengo visitas de donde el mar borda estrellas

A orillas del Pacifico en el departamento de Nariño,  se levanta una ciudad que exhala poesía. Allí, el mar y la arena bailan currulao y suenan a marimba.
 Se trata de TUMACO, un santuario natural, gastronómico y romántico. 

En el año de 1992 tuve la oportunidad de conocer este mágico lugar, por circunstancias del corazón llegue a sus playas en busca de un amor idealizado de adolescentes, por ello, la belleza del lugar quedó en segundo plano, jajaja... Pero ya para hoy, la naturaleza ganó la partida y es muy confortable decir que la belleza del Pacifico es única. 


"El Pacífico no es el Atlántico", en el Pacífico la marea viene con una fuerza apabullante para después retirarse desnudando, por kilómetros, las playas. Un asusto de fondo, han dicho los expertos. El Caribe es menos profundo que el Pacífico  En el primero las mareas suben hasta 1.4 metros, en el segundo, lo hacen en promedio cuatro metros. 

"Son 7 días de puja y 7 días de quiebra. Con la puja el agua aumenta. Con la quiebra, baja. El nivel del agua sube cada día con media hora exacta de diferencia hasta completar los 7 días. Después comienza a bajar con el mismo ritmo". Asì como el agua salada viene y va también hay esteros, especies de corredores acuáticos rodeados a ambos lados  de u mangle  tan espeso que, en ocasiones , no deja ver el cielo. Hay animales a diestra y siniestra  que, como fantasmagorías  están un instante y después desaparecen. En el monte hay osos hormigueros  y tigres. En el estero, cangrejos  garzas, loros, gavilanes e iguanas. 

La puja y la quiebra determinan también los ritmos de vida de los pobladores de Tumaco. Estas regula su movilidad, los tiempos de pesca y, de cierta manera, el turismo. 


Bienvenidos el turismo al Morro, la playa insignia  de Tumaco; varios kilómetros de playa, atan solo 15 minutos del centro de la ciudad, se extienden custodiados por un peñasco monumental con la forma de la aleta de un tiburón  Junto a este se levanta un arco natural (yo pase por ese arco, con un vestido de baño blanco, que bonita la niña, jajaja, tiempos pasados, jajaja...). Una especie de acantilado al cual el tiempo y el mar le fueron mordisqueando pedazos hasta darle su forma actual.


Es en una pequeña playa que se arma después de que el mar pasa por el medio de este arco, donde los fines de semana los tumaqueños hacen sus propios paseos de olla. En esta última  hay manjares provenientes del mar preparados con recetas tradicionales, donde se come con la mano nada de cubiertos platos como encocado de cangrejo  camarones al ajillo, raya ahumada y claro, tapao de pescado, el plato insignia de Tumaco y sus alrededores.  Se trata de un pescado  cocinado con plátano  cebolla, ajo, tomate, hierbas  y, pimentón, ligero y de mucho alimento. 
Encocado de cangrejo


Puedo decir "acá nadie se muere de hambre, la tierra da todo"; es una región donde hay pescado, plátano  cacao, conchas, palma, madera, camarones. chontaduro, oro y petroleo pero la gente no vive mejor. ¿¿¿¿ Porqué????  Si la belleza abunda, no solo en el paisaje y los atardeceres que cortan el aliento, sino también en la gente. Hombres espigados y mujeres esbeltas de cuerpos duros , pieles tersas y dientes blancos. Pobladores que sonríen  y son amables sin intentarlo. 



La ciudad, por su parte, marca sus propios ritmos. Las construcciones de palofito, el mercado, su rimbombancia y bullicio en las horas pico, sus restaurantes particulares y su vida nocturna altiva le dan todas las características necesarias para ser un buen lugar para el descanso y el entretenimiento. 


y que decir, de la filigrana (joyería artesanal donde el oro se funde para convertirse en finos hilos para luego tejerlos), la música de marimba, los arrullos y el currulao son la sangre misma que le da la vida y sentimiento a esta región del Pacífico nariñense. 











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