miércoles, 11 de mayo de 2011

Las bibliotecas nunca... nunca pasarán de moda¡!!!!!!



 Algunos  días  atrás  estuve  leyendo  sobre  este  tema  apasionante como  intangible  al  mismo  tiempo  he  de  dejarlo  a  la  imaginación  y  a  suficientes datos  comprobables  del  mismo.

내가 동시에 무형 매혹적인 주제에 대해 읽고 있던 어떤  내가 상상력 거의 검증 데이터 떠나야합니다.

                           قبل بضعة أيام كنت أقرأ عن هذا الموضوع رائعة وغير الملموسة في نفس الوقت يجب ان 
                                                               ارحل الى الخيال والبيانات يمكن التحقق منها سوى القليل جد

La BIBLIOTECA REAL DE ALEJANDRÍA o ANTIGUA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA, fue en su época la más grande del mundo. Situada en la ciudad egipcia de Alejandría, se estima que fue fundada a comienzos del siglo III a.C. por Ptolomeo I Sóter, y ampliada por su hijo Ptolomeo II Filadelfo, llegando a albergar hasta 900.000 manuscritos. 

Interior de la Nueva Biblioteca de Alejandría
La actual Biblioteca
Una nueva biblioteca de Alejandría, rememorando la original y promovida por la Unesco, fue inaugurada el 16 de octubre de 2000 en la misma ciudad, una enorme biblioteca moderna y centro de investigación construido en el sitio de la antigua Biblioteca de Alejandría, destruida en el 400 d.DC, ubicada justo al este de  la Corniche.  Abierta todos los días, excepto el martes.

La destrucción de la Biblioteca de Alejandría es uno de los temas polémicos de la civilización occidental, asignándose a romanos, egipcios cristianos o musulmanes, dependiendo de la fuente consultada. Se carece de testimonios precisos sobre sus aspectos más esenciales, y no se han encontrado las ruinas del Museo, siendo las del Serapeo muy escasas. Para algunos escritores latinos, la Gran Biblioteca fundada por los Ptolomeos apenas resultó afectada en el incendio provocado por las tropas de Julio Cesar en 48 a.C. Probablemente, ya había desaparecido en el momento de la dominación árabe, aunque algunos escritores comentan que el califa Umar ibn al-Jattab ordenó la destrucción de millares de manuscritos. Independientemente de las culpas de cristianos y musulmanes, el fin de la biblioteca debe situarse en un momento indeterminado del siglo III o del IV, quizá en 273, cuando el emperador Aureliano tomó y saqueó la ciudad, o cuando Diocleciano hizo lo propio en 297. La biblioteca-hija del  Serapeo, sucesora de la Gran Biblioteca, fue expoliada, o al menos vaciada, en 391, cuando el emperador Teodosio el Grande ordenó la destrucción de los templos paganos de la ciudad de los Ptolomeos.
La Gran Sala de la antigua Biblioteca de Alejandría en Egipto.
Reconstrucción basada en datos documentales
 de Eratóstenes. 

Desde el siglo XIX, los eruditos han intentado comprender la organización y estructura de la biblioteca, y se ha debatido largo y tendido sobre su final. Los conocimientos sobre la Biblioteca, cómo fue, cómo trabajaron sus sabios, el número exacto de volúmenes e incluso su misma situación, son todos muy escasos, ya que muy pocos testimonios tratan sobre tan gran institución, y aún éstos son esporádicos y desperdigados. Los investigadores y los historiadores de los siglos  XX y XXI  han insistido en que se ha formado una utopía retrospectiva en torno a la Biblioteca de Alejandría. No hay duda de que la biblioteca existió, pero apenas hay certezas en lo escrito sobre ella. Se han hecho centenares de afirmaciones contradictorias, dudosas o simplemente falsas, realizando suposiciones a partir de muy pocos datos que, la mayoría de las veces, son sólo aproximaciones.

Se sabe que en la biblioteca se llegaron a depositar el siguiente número de libros:
 §  200.000 volúmenes en la época de  Ptolomeo I
 §  400.000 en la época de Ptolomeo II
 §  700.000 en el año 48 a.C., con Julio Cesar
 §  900.000 cuando Marco Antonio ofreció 200.000 volúmenes a Cleopatra, traídos de la Biblioteca de Pergamo. Cada uno de estos volúmenes era un manuscrito que podía versar sobre temas diferentes. Se cree que allí estaban depositados tres volúmenes con el título de Historia del mundo, cuyo autor era un sacerdote babilonio llamado Beroso, y que el primer volumen narraba desde la creación hasta el diluvio, periodo que según él había durado 432.000 años, es decir, cien veces más que en la cronología que se cita en el Antiguo Testamento. Ese número permitió identificar el origen del saber de Beroso.



No hay comentarios:

Publicar un comentario