martes, 17 de enero de 2012

Ai Weiwei es, actualmente, uno de los artistas más mediáticamente publicitados no sólo por su trabajo sino por su tortuosa relación con el gobierno Chino.

 ¿Quién es este creador que ha puesto en la mira pública a la administración de su país?

En Octubre de 2011 la revista Art Review, una de las publicaciones internacionales más importantes en el mundo del arte contemporáneo, ubicó al artista Chino Ai Weiwei en el primer lugar en su Power 100 list, coronándolo así como el más poderoso del mundo. El ministro chino de Asuntos Exteriores emitió un comunicado rechazando la elección y calificándola como un ataque directo al gobierno de su país. Así mismo, el pasado 15 de Noviembre el artista se filmó cantando una canción infantil que se ha convertido en un himno para la disidencia china: "Cao Ni Ma", cuya pronunciación se parece en chino a la expresión "jode a tu madre". Con ello pretende conseguir el dinero para pagar la multa de 2,3 millones de dólares impuesta por el gobierno chino por supuesta evasión fiscal.
Pero este incidente es tan sólo el último asalto de una pelea de vieja data con el gobierno de su país, que desde hace varios años presiona al artista por sus actividades abiertamente críticas del régimen.
Weiwei nació en 1957. Su padre, el poeta Ai Qing, fue denunciado por el movimiento anti-derechista chino y enviado a un campo de trabajos en 1958, junto a su esposa, Gao Ying. Reuniéndose con su familia únicamente hasta 1975, en 1978 ingresaría a la Beijing Film Academy y entre 1981 y 1983 se mudaría a Nueva York, donde se vincularía al mundo de la arquitectura, el diseño y el arte conceptual.
La carrera de Ai Weiwei ha sido de enorme relevancia para el mundo del arte contemporáneo desde mucho antes de sus batallas con el gobierno: fue director y co-fundador del China Art Archives & Warehouse (CAAW), que funciona como galería y archivo de las artes experimentales en su país, facilitando así mismo la exposición de artistas locales y extranjeros en el gigante asiático.  
Entre sus trabajos, que bordean las fronteras del diseño, la arquitectura y la instalación, se encuentra la obra Fairytale, en la que llevó a 1001 ciudadanos chinos a la ciudad de Kassel (Alemania), diseñando para ellos equipajes y vestuarios en una antigua tienda textil china e invitándolos a deambular por la ciudad. Con la obra, entre otras reflexiones, señalaba el trabajo “monumental” que requiere trasladar por la vía legal a los ciudadanos chinos por el mundo.
Con  Remembering (2010), el artista a través de 9000 maletas escolares de niños señalaba las fallas técnicas atribuidas a la corrupción estatal que presentaban las escuelas de la ciudad de Sichuan, cuyas instalaciones colapsaron con cientos de niños en su interior a causa del terremoto de 2008.
Las investigaciones que adelantó para esta obra, publicadas en su blog, fueron censuradas por el gobierno chino. Así mismo, el artista fue atacado por las autoridades chinas en 2009 al intentar testificar en los juicios que se adelantaban por las muertes de los estudiantes. Se especula que los golpes que recibió lo condujeron a una crisis de salud que terminó en una cirugía por hemorragia cerebral en 2009. Un año antes, en 2008, el artista renunciaría a su trabajo como asesor en la construcción del estadio olímpico de Beijing, lanzando fuertes acusaciones contra el estado chino y contra la realización de los juegos olímpicos de ese año. Sus declaraciones serían ignoradas por la prensa.
En 2010 estrenaría Sunflower Seeds, una de sus obras más importantes. Instalada en el Tate Modern Turbine Hall de Londres, el trabajo presentaba un millón de semillas de porcelana dispuestas en el suelo del lugar, pintadas a mano individualmente por 1.600 artesanos chinos. Se trata de una sutil reflexión alrededor del trabajo comunitario y el sistema de producción en su país.
En noviembre del mismo año, el artista sería puesto bajo arresto por haber construido sin permiso su estudio artístico en Shangai. Tras ser liberado, en enero de 2011 las autoridades chinas demolerían el edificio. Así mismo, el 3 de abril es arrestado en el aeropuerto de Beijing acusado primero de abandonar el país sin los permisos necesarios y luego por evasión de impuestos. Durante el proceso la prensa estatal lanzó duras acusaciones contra el artista, y su liberación se dio únicamente hasta el 2 de Junio, en medio de manifestaciones de apoyo de ong’s internacionales y de muestras de solidaridad en Estados Unidos, Taiwan, Hong Kong y Alemania. De acuerdo a las declaraciones de su hermana, el artista fue sometido a tortura sicológica durante su encierro.
La gravedad que ha adquirido la relación entre el artista y el gobierno presagia nuevos incidentes entre ambas partes y seguirá, muy posiblemente, siendo el ojo del huracán del arte contemporáneo. La producción artística de Ai Weiwei, rebelde por naturaleza y enfocada en el activismo y la crítica de su entorno, seguirá bebiendo de su disputa con el estado.

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