Ya estaba resuelta a quedarme en casa pero me llegó visita ya para finalizar año y debo brindarles virtualmente un exquisito y frío refajo acompañado de pernil de cerdo asado pero… como no salir a volar pero pero me dio un poco de hambre … bueno mejor me pongo mis tenis para no subir de peso, jajaja y nos vamos:
Cojamos vuelo para Europa, está nevando mucho pero eso no nos detiene, paremos primero en ANDORRA.
Este pequeño territorio se caracteriza por sus montañas. Gran parte del turismo gira en torno a dichas montañas, y en Navidad hay actividades ideales para desarrollar bajo la atenta y bella mirada de los Pirineos. Todas las parroquias andorranas estarán de fiesta, por supuesto, y qué mejor que con la Feria de Santa Lucia, en donde podrás encontrar una infinidad de artículos artesanales relacionadas con la Navidad.
El último día del año se celebra un juego en el que participan los niños andorranos. Consiste en perseguir por las calles al «Home dels nassos» («hombre de las narices»), que lleva pegadas 365 narices por todo el cuerpo simbolizando el año que está por venir. La Nochevieja andorrana es muy parecida a la española. Se sigue la costumbre de tomar una uva por cada campanada del reloj cuando éste marca las 12 de la noche. Se cree que esta forma de empezar el año traerá buena suerte a los días venideros.
Pasemos el Océano y lleguemos a IRLANDA.
Este hermoso país tiene sus propias costumbres a la hora de festejar la Navidad y comenzar un Año Nuevo. Con la especial magia de los músicos callejeros del Temple Bar, Dublín o la ciudad de Belfast, las miles de bombillas que iluminan calles, comercios y casas y el encanto de sus mercados navideños consiguen seducir y deslumbrar a cualquiera. Si te dejas llevar por las Navidades verdes, decirte que no hay uvas por Nochevieja, ni turrón por Navidad, pero tienen un “Plum Pudding” y un “Christmas Cake” que están deliciosos, por no hablar de un entonador “Mulled wine” (vino caliente con especies).
Vamos a cruzar de nuevo e
l océano y lleguemos al país del Papa Juan pablo II: POLONÍA.
Su cocina es una mezcla de gastronomías de origen eslavo, alemán, así como tradiciones culinarias propias de la zona. Está muy relacionado con las gastronomías eslavas en el uso de avena y otros cereales, pero ha sido influenciada bajo las gastronomías turca, alemana, húngara, judía, armenia, francesa o las cocinas coloniales del pasado. Se puede decir con gran generalidad que la cocina polaca es rica, sustanciosa y relativamente alta en grasas. Los polacos son famosos por la generosidad que dedican a los periodos de disfrute de la comida.
Y aquí me despido por hoy, no se si me llegaran de improviso a última hora de este viejo año visitas, si es así bienvenidos a este lugar marcado con una gran y alegre SONRISA.
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