lunes, 17 de octubre de 2011

97. Optemos por reconocer a nuestro compañero de viaje

Una noche una mujer llamada Elen tenía un sueño.
Élla soñaba que recorría la playa con
JESÚS.
A través del cielo pasaban las escenas de su vida.
Para cada escena, ella notó que se marcaban
Dos pares de huellas en la arena;
Un par le pertenecían a ella, y el otro par pertenecían a
JESÚS.
A medida que las escenas pasadas de su vida
Desfilaban ante ella,
Volteaba la mirada hacia las huellas en la arena,
Y noto que muchas veces,
A lo largo del recorrido por la playa,
En la arena solo veía un par de huellas,
También notó que esto ocurría en los momentos
Más amargos y tristes de su vida.
Esto realmente la desconcertó y pregunto a JESÚS.
SEÑOR, Tú dijiste una vez, cuando decidí seguirte,
que recorrerías a mi lado el camino de la vida,
Pero he notado que durante las épocas más duras de mi vida,
Hay solamente un par de huellas".
¡¿No entiendo?! …
¿Por qué cuando más te necesité,… me dejaste sola?
JESÚS contestó…
“hija mía, te amo y nunca te deje sola
Durante las épocas de amargura y sufrimiento que viviste,
Cuando ves solamente un par de huellas,…
No caminabas sola,…
Era yo que te llevaba en mis brazos"
.


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