martes, 2 de noviembre de 2010

COLOMBIA Y SU BICENTENARIO: En la Pintura tiene un gran representante.

Como un homenaje a nuestro bicentenario lo mejor es recordar y/o que conozcan a un gran artista: JOSE MARIA ESPINOSA, militar y patriota, No obstante, una vez consolidada la República, desechó la carrera militar y se dedicó a lo que más le gustaba hacer en la vida: dibujar.

De su puño y letra y dejado para la posteridad, su momento crucial: “He preferido y prefiero el modesto título de abanderado de Nariño, modesto título que prefiero a todos los pomposos grados y empleos con que el gobierno de mi país hubiera recompensado mis hazañas en las guerras civiles que han ensangrentado, empobrecido y desacreditado a nuestra tierra”; escribió en 1876.

José María Espinosa Prieto, dibujante, miniaturista, pintor y grabador bogotano (1796-1883) quien practicó los géneros de retrato, paisaje y caricatura. Considerado el príncipe de la miniatura en Colombia, el retratista del Libertador, el creador de la iconografía procera, la memoria de la patria y el padre de la caricatura en Colombia, este soldado de la Independencia vivió orgulloso de haber acompañado a Antonio Nariño en la campaña del sur en 1813.

Mientras estuvo preso, y durante sus correrías como prófugo, aprendió técnicas pictóricas con los indígenas. Acogiéndose a un indulto real promulgado por el pacificador Pablo Morillo, resolvió entregarse a las autoridades españolas en 1819, lo que le permitió regresar a Bogotá e 
instalarse allí hasta su muerte. 

Más tarde se convirtió en pintor del Libertador Simón Bolívar. Espinosa fue uno de los creadores de la iconografía del Libertador, pues no se le conoce influencia inmediata. Inició sus retratos de Bolívar a partir de agosto de 1828, justamente por la época en que tuvieron lugar los trágicos sucesos que dieron fin a los sueños de Bolívar sobre la Gran Colombia. La iconografía del Libertador y los retratos de los demás próceres independentistas, fueron difundidos por medio de litografías impresas en el país por los hermanos Jerónimo y Celestino Martínez, por Gómez y Bultron o por Ayala y Medrano, y en París, por la imprenta Lemercier.

El 21 de agosto de 1858, Espinosa recibió el título que le asignaba 38 hectáreas de las 50000 fanegadas de tierra destinadas por ley para repartir como recompensa militar entre los excombatientes. A partir de la década de 1850, y hasta 1870, Espinosa se dio a la tarea de pintar las batallas que definieron la guerra de independencia, para lo cual se basó en sus recuerdos de soldado. La serie, conocida como Las batallas de Espinosa, representa las ocho acciones guerreras en que el artista tomó parte cuando era abanderado de Antonio Nariño: Batalla del Alto Palacé (ca. 1850), Batalla de Calibío (ca. 1850), Batalla de Juanambú (ca. 1850), Batalla de Tacines (ca. 1850), Batalla de los Ejidos de Pasto (ca. 1850), Acción del Llano de Santa Lucía (ca. 1850), Batalla del río Palo (ca. 1850) y Batalla de la cuchilla del Tambo (ca. 1860). Sin embargo, y a pesar de no haber sido testigo presencial, Espinosa también representó las batallas de Boyacá (ca. 1840) y la Acción del Castillo de Maracaibo (ca. 1840), definitivas para la victoria de los patriotas.

Al situar cada acción en la geografía precisa de la región en que tuvo lugar, y al incluir detalles de tipo costumbrista en cada uno de los cuadros, Espinosa no sólo elaboró piezas de gran hermosura en la historia del arte nacional, sino que aportó a la historia testimonios de valor documental.

Espinosa fue autor de varios editoriales del Diario de Cundinamarca, publicación que más tarde fue excomulgada por la Iglesia. Actuando como cronista, relató al escritor José Caicedo Rojas detalles de su vida y pormenores de las batallas en que participó; el resultado de este trabajo se condensó en un libro que apareció por vez primera en 1876, bajo el título de Memorias de un abanderado. Estos recuerdos le valieron los títulos de "Memoria de la patria" y "el Abanderado de Nariño". 

Una de las características más sobresalientes de Espinosa como pintor fue la realización de autorretratos hechos en diversas etapas de su vida. Aparte de Gregorio Vásquez Ceballos, el famoso maestro de la Colonia, no se sabe de ningún otro pintor colonial o republicano que haya practicado el autorretrato. Como caricaturista, Espinosa pintó en aguada y a la acuarela a los personajes de su época y a los habitantes de las calles santafereñas. Su notable talento como dibujante, su línea variada y de gran sensibilidad, su aguda mirada sobre los acontecimientos de su tiempo, su indudable sentido del humor y la ironía, le facilitaron la práctica de la caricatura política y social, géneros en que realizó numerosas obras, la mayoría de las cuales son actualmente propiedad de la Biblioteca y del Museo Nacional de Colombia.

De las 520 obras de José María Espinosa inventariadas hasta la fecha, el Museo Nacional de Colombia posee alrededor de 168, entre pinturas, dibujos, miniaturas y grabados. Las demás se hallan dispersas entre la Casa Museo 20 de Julio, el Museo del Fondo Cultural Cafetero, la Quinta de Bolívar, el Palacio Presidencial y el Palacio Episcopal de Bogotá; el Palacio Presidencial y la Fundación Boulton de Caracas; y numerosas colecciones particulares. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario