martes, 23 de noviembre de 2010

Renacimiento en Alemania: Albrecht Dürer

Durante mi época de estudiante universitaria de publicidad y comunicación conocí la historia y el trabajo del renacentista alemán Albrecht Durer que hasta el sol de hoy sus obras son pasión para el que estudia arte y tiene sensibilidad por las joyas del pasado.
Pero lo traigo en este momento para hablarles de un correo que me llegó por estos días con su historia y una obra hermosa a lápiz: “El estudio de manos (lo creo en 1508), ese dibujo es desde hace tiempo un icono mundial pues es una muestra de plegaria al cielo; la historia real de este dibujo es el sentimiento de orgullo y agradecimiento que le profesaba Durero a su hermano mayor pues el dibuja y pinta sus manos acabadas por el trabajo (el hermano le ayudaba económicamente en sus estudios, era minero y sufría de artritis).
Estudio de manos 1508

Albrecht Dürer (Alberto Durero, en español) (Nuremberg de 1471- 1528) es el artista más famoso del  renacimiento alemán, conocido en todo el mundo por sus pinturas, dibujos, grabados y escritos teóricos sobre arte, que ejercieron una profunda influencia en los artistas del siglo siglo XVI de su propio país y de los Países Bajos.
Autorretrato 
El concepto empírico del mundo de la gente del norte (fundamentado más en la observación que en la teoría) era el nexo común. Durante el siglo XVI, el fortalecimiento de lazos con Italia a través del comercio y la difusión de las ideas de los humanistas italianos por el norte de Europa infundieron nuevas ideas artísticas al mundo del arte alemán, de tradición más conservadora.
Para los artistas alemanes resultaba difícil conciliar su imaginería medieval representada con ricas texturas, colores brillantes y figuras con gran lujo de detalle  con el énfasis que los artistas italianos ponían en la antigüedad clásica, los temas mitológicos y las figuras idealizadas. La tarea que Durero se planteó fue la de proveer a sus compatriotas de un modelo con el que pudieran combinar el interés empírico por los detalles naturalistas con los aspectos más teóricos del arte italiano.
El caballero, la muerte y el diablo
En su abundante correspondencia -especialmente en las cartas al humanista Willibald Pirckheimer, amigo suyo toda la vida- y en diversas publicaciones, Durero hacía hincapié en que la geometría y las medidas eran la clave para el entendimiento del arte renacentista italiano y, a través de él, del arte clásico.
Desde aproximadamente 1507 hasta su muerte tomó notas y realizó dibujos para su tratado más conocido, Vier Bücher von menschlicher Proportion (Cuatro libros sobre las proporciones humanas, publicado póstumamente en 1528). Sin embargo, otros artistas contemporáneos suyos, con una orientación de tipo más visual que literaria, pusieron mayor atención en sus grabados, tanto en planchas de cobre como xilografías, que en sus escritos dirigidos a orientarlos en la modernización de su arte con desnudos de corte clásico y temas idealizados, propios del Renacimiento italiano.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis
 El sur de Alemania fue centro de muchas publicaciones y era común que los pintores estuvieran también calificados para realizar xilografías y grabados para ellas, y el no fue la excepción en el año de 1494 viajó a Italia, allí realizó acuarelas de paisajes con gran minuciosidad de detalle, durante los diez años siguientes en Núremberg, desde 1495 hasta 1505, produjo un gran número de grabados que le ayudaron a asentar su fama. Entre ellos destaca la serie del Apocalipsis (1498), Baño de hombres, Sansón con el león, La gran fortuna (1501) y La caída del hombre (1504). Éstas y otras obras de este periodo muestran, en su conjunto, una maestría técnica cada vez mayor en el arte de la xilografía y el grabado, un manejo de las proporciones humanas basado en los textos del tratadista romano Vitrubio y una brillante capacidad para incorporar detalles de la naturaleza en obras que reflejan el entorno con gran realismo.
Apocalipsis de San Juan
La calidad de la obra de Durero, la cantidad prodigiosa de su producción artística y la influencia que ejerció sobre sus contemporáneos fueron de una importancia enorme para la historia del arte. En un contexto más amplio, su interés por la geometría y las proporciones matemáticas, su profundo sentido de la historia, sus observaciones de la naturaleza y la conciencia que tenía de su propio potencial creativo son una demostración del espíritu de constante curiosidad intelectual del Renacimiento.

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